Por Lea Ross
Una limitada aproximación sobre la cuestión de las expresiones audiovisuales en la cresta de la “cuarta ola”.
La llegada de “El Detonar preciso: Encuentro Audiovisual Feminista”, que se llevará a cabo en la ciudad de Córdoba, es oportuno para preguntarnos sobre el papel del cine dentro del crecimiento de la lucha de las mujeres, lesbianas, travas, trans y no binarias en nuestro país. A pesar que la discusión sobre la asimetría/desigualdad de género se ha discutido en torno al periodismo, al teatro y a la música, pareciera ser que eso todavía está en fuera de campo dentro de las expresiones audiovisuales. No será la intención de este artículo otorgar una respuesta, por la sencilla razón de los propios límites que tiene el autor de este artículo en cuanto a su género y orientación sexual, pero sí posiblemente reflotar un par de ideas ya expuestas en otros ámbitos literarios.
Para Pastora Campos, ensayista y programadora del Festival de Cine de Mar del Plata, en el feminismo, “la ideología machista no se manifiesta en lo limitado de la presencia femenina en los films, sino en situar a la mujer en un universo sin tiempo, poblado de entidades absolutas y abstractas (universo mítico). Así queda la mujer fuera de la historia, y de este modo es a la vez marginada y glorificada”.
Dentro de esa ahistoricidad, o la mujer analizada en una perspectiva “fukuyamista”, es quizás esa glorificación lo que lleva a su marginalización. Al quedar exenta toda lectura histórica, se reúsa a lo político y solo queda espacio a la moralidad. Por ende, en las creaciones cinematográficas, plagadas por varones, aun cuando se trata de géneros con enorme carga de violencia, su percepción sobre la respuesta de la mujer frente a esa violencia pasa por ese rumbo.
“En el cine clásico el hombre observa; la mujer es observada, se muestra a los ojos de los demás. El hombre actúa, controla los sentimientos, hace que las cosas ocurran; la mujer es un elemento pasivo, decorativo. Esta doble situación hace que el espectador elija siempre al héroe como objeto de identificación y a la heroína como objeto de goce. Esto significa que el espectador pasa obligadamente por el personaje masculino para tomar posesión de lo que desea, el personaje femenino. De lo que se deduce que el cine es un espectáculo hecho para hombres”, apunta Campos.
Pero incluso eso se aplicaría en un cine más moderno, como pueden ser aquellos thrillers donde la protagonista cobra venganza de manera violenta, mayormente dirigidos por varones. “Cuando los hombres crean personajes femeninos, muy pocas veces lo hacen con el objetivo de tratar de entender lo que viven y sienten como mujeres. Más bien es una forma de poner en escena su sensibilidad de hombres, en un cuerpo de mujer”, señala Virgine Despentes en su libro de culto Teoría King Kong (2009).
Sobre las películas ficcionales donde las mujeres protagonistas cobran venganza mediante la violencia contra hombres que las han violentando, en particular por abuso sexual, Despentes señala que el “mensaje que nos dirigen está claro: ¿cómo es que no se defienden más brutalmente? Lo sorprendente, de hecho, es que no reaccionemos así. Una empresa política ancestral, implacable, les enseña a las mujeres a no defenderse. Como de costumbre, doble apremio: hacernos saber que no hay nada más grave, y al mismo tiempo, que no debemos ni defendernos, ni vengarnos. Sufrir, y no poder hacer otra cosa. Es la espada de Damocles entre los muslos”.
Así, y retomando con Campos, “el espectador llevado a identificarse con los personajes y con el proceso de la narración, queda satisfecho al cerrarse los conflictos planteados en el desenlace final. Por otra parte el cine clásico difunde un discurso ideológico propio de una sociedad patriarcal y capitalista, donde la mujer se define como ‘signo’ en las relaciones de transacción entre los hombres”.
“Una lectura feminista del cine tenderá a poner el acento sobre lo que se considera obvio y natural con el fin de mostrar sus contradicciones y su finalidad. El contra-cine profundizará la desestabilización de este orden patriarcal a través de las manifestaciones del deseo y de la transgresión”, explica finalmente la autora del ensayo titulado El cine feminista y el cine de temática feminista, publicada pocos años antes de que se hablara de la “cuarta ola” en nuestro país.
El cómo se pretenderá desde el arte cinematográfico la desestabilización de ese orden es una pregunta que pareciera no quedar nítido en la pantalla. Quizás, en la ciudad de Córdoba, en la primera semana de agosto, se obtenga un primer acercamiento.
“El Detonar preciso: Encuentro Audiovisual Feminista”, se realizará los días 1, 2 y 3 de agosto en la ciudad de Córdoba. La actividad es abierta y gratuita. Las personas interesadas en sumarse al financiamiento colectivo les compartimos los datos para colaborar: No de cuenta: 066-395155/8; No de CBU: 0720066388000039515586; Titular: Cabral Montejano María Milagros”.