Por Mariano Pacheco
Una invasión de rebeldía en medio de los muertos insepultos de la Argentina careta. Micro-ensayo sobre el punk-rok en 1988. Dos: un compilado que generó controversias, pero que no deja de ser una bisagra entre la primera y la segunda ola.
1988 es un año bisagra y el disco Invasión 88 también lo es. En él aparecen bandas como Attaque 77, que concentrará la escena en la década siguiente para un punk más inclinado al rock e integrado a la industria cultural (momento emblemático es el lanzamiento del programa de TV “Hacelo por mí” en 1992, conducido por Mario Pergolini, con cortina musical de la banda). También aparecen conjuntos que no son específicamente punks, como straight-edge (precursora del harcore local) y Comando suicida (inscripta en el Oi!, género musical que se identificó con el movimiento skinhead: una suerte de neofascismo patotero, patriotero y barrial).
Momento bisagra entre el fin de ciclo de Los violadores (ver acá) y la proliferación de bandas que concentrarán un poder de baja intensidad, como Flema, que está en el compilado (ver acá); Sin ley (que ya empezaba con sus ensayos); y luego 2 minutos y Mal momento, para mencionar a las de mayor renombre, a las que se le sumarán Cadena perpetua, Superuva y más tarde Bulldog. Simultáneamente Todos Tus Muertos saca a las calles su primer álbum, con el mismo nombre, como hemos visto en una nota anterior (ver acá).
La invasión del 77 pero en un ataque del 88
Defensa y Justicia, formada en 1987 por Ciro y Mariano Martínez (de Attaque 77), graban ese año (1988) un demo con 9 temas. Como puede apreciarse en las dos canciones incluidas en Invasión 88 (“Ratis” y “Fucky Fucky”), se trata de una banda con un perfil obrerista antiyuta, que se combina con la cultura obrera del cabaret (Isla Maciel) y la cultura popular del aguante, típico de las bandas de barrio que surgen en cualquier garaje por esos años, cuando el punk ya lleva una década de existencia.
Pero como ellos mismos reconocieron en diversas oportunidades, Defensa y Justicia era una banda más de distensión que de profesión, y con el tiempo decidieron concentrar más sus energías en Attaque 77, que también participa en Invasión 88 con cuatro temas: “No te quiero” (luego incluida en su primer disco); “Pasión de multitudes”; “Nunca más” y “B.A.D.” (Brigada Anti Disturbios). En éstas dos últimas canciones me quisiera detener más adelante, sobre todo por el tono denuncialista y combativo de sus letras.
Ataque comienza con sus ensayos en mayo de 1987. Tres meses antes Los Ramones habían pisado suelo nacional para realizar el primero de una serie de conciertos emblemáticos en el país, que tuvieron al estadio de Obras Sanitarias como emblema (el primero de un total de 27 recitales en menos de una década, cuya despedida se realizó en en 1996, en el estadio de River Plate, ante 50 mil personas).
En aquel febrero pionero, Los violadores estaban de gira y no pudieron ser teloneros. Tal vez un signo de los tiempos que se avecinaban: en el país, en Latinoamérica y en el mundo, en general, pero también en el punk-rock argento en particular.
The Clash y Los Sex Pistols pasaban a ser parte de una historia reciente que se veía desplazada por los cuatro muchachos de jeans gastados y zapatillas de lona, con canciones cortas y pegadizas que conquistarían el corazón de los punks-rockers argentinos.
En octubre de 1987 Attaque debuta, como tantas bandas, en Cemento. Al año siguiente sale a las calles Invasión 88 y meses más tarde su primer disco: Dulce navidad.
Ya en 1989 Federico Pertusi deja la banda y su hermano Ciro pasa del bajo a la voz, dejando su lugar en las cuerdas a Luciano Scaglione (siguieron en guitarra Mariano Martínez y Leonardo De Cecco en batería). En 1990, en pleno auge del menemismo, Ataque 77 sale a hegemonizar la segunda ola del punk rock desde una perspectiva claramente comercial, con su disco El cielo puede esperar. Todo fue muy rápido: en octubre de 1991 hicieron su primer Obras y en 1992 la canción “Hacelo por mí” va a ser cortina y nombre de un nuevo producto televisivo conducido por Mario Pergolini, como hemos señalado.
Pero en 1888 Attaque 77, en sus primeros pasos, sostiene el sonido sucio del punk-rock, y canta canciones como “Nunca más” (“Vivo corriendo a todos lados/ voy de la fabrica a mi hogar / no voy a decir que no me afecta/ lo que pasa a mi alrededor/ nunca mas…”) o B.A.D (¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! Brigada anti disturbios/ ¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! No queremos más/¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! Brigada anti disturbios ¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! Nunca más), canción que describe descarnadamente las huellas del terrorismo de Estado que aún se expanden en el cuerpo social de la Nación, en esta nueva fase que algunos historiadores denominaron “democracia de la derrota”. Canta Attaque: “En los bares toxicomanía/ En tu casa el asistente social/ En la esquina el comando radioeléctrico/ ¡Controlándote, controlándome/ Vigilándote, molestándome!”.
En algún demo de esos que circulaban grabados en TDK, recuerdo haber escuchado de la voz de Federico la dedicatoria: “A los tres pibes que murieron pasando la General Paz”, en una canción que agita: “Unos dicen: ¡Vamos a enfrentarlos!/ Otros dicen: ¡Quedate en tu lugar!/ Sacan los bastones y empiezan las corridas/ Siempre termina igual!”. El caso es uno más, uno pionero, de lo que comenzará a denominarse en la Argentina como “Casos de gatillo fácil2, que no son más que ejecuciones ilegales perpetradas por las policías contra jóvenes de barrios populares, sobre todo en Buenos Aires, con la “Maldita Policía”.
Los edictos policiales hacen estragos entre los públicos rockeros y los agentes del orden se ensañan con la juventud que expresa su rebeldía a través de la música (de hecho se producen movilizaciones en su contra y una de ellas culmina con corridas y destrozos en pleno microcentro porteño). Paradójicamente los edictos policiales fueron derogados durante el gobierno neoliberal de Carlos Saúl Menem, quien desde la identidad peronista implementó un justicialismo del revés (ni socialmente justo, ni económicamente libre, ni políticamente soberano).
Producto de aquella realidad descarnada, y de la resistencia que va emergiendo desde abajo entre familiares y amigos de pibes asesinados, militancias varias y profesionales comprometidos, surge en 1992 la CORREPI, Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional, que denunció en 2017 que durante la “década ganada” aún persistían las ejecuciones, a un ritmo de una paersona cada 28 horas, cifra que empeoró durante los dos primeros años de la gestión Cambiemos, pasando a uno por día, es decir, de un pibe asesinado por la policía cada 24 horas.
Otros tonos
Otra de las bandas que participa de Invasión 88, con dos temas (“Último recurso” y “El guacho pulenta”) es Comando Suicida. Un oxímoron que es expresión de un “punk-facho”, con letras politizadas que apelan a un populismo de derecha de rasgos fascistoides: anti-hippi, anti-marxista, anti-negro, con una fuerte apelación a la valentía y un nacionalismo ramplón.
También están División Autista, una banda pionera no sólo respecto de los tonos hardcore-punk, sino incluso con los planteos relacionados con modos de vida donde no tienen cabida ni las drogas, ni el tabaco, ni el alcohol, tal como más adelante plantearán algunas bandas del Buenos Aires Hard Core (B.A.H.C), como B.O.D (Buscando Otra Diversión), y que en Invasión 88 se plantea en temas como “Straight edge” (el otro tema de División autista es “Los campos de la muerte”, cuya referencia los acerca a bandas como la emergente Todos Tus Muertos).
Otras voces, otros ámbitos
Exeroica, con sus canciones “Del apocalipsis” y “Nanxy”, se destacan por ser la única banda no solo con presencia femenina en Invasión 88, sino por estar conformado, todo el grupo, por mujeres. La valoración de la mujer, en un ámbito hostil como podía ser el punk rock de aquellos años, aparece en algunas de sus letras, como Nanxy, en una línea de convergencia que podría trazarse con bandas que permanecen inéditas, como Trixy y Los Maniáticos, que en 1985 participa del programa televisivo “Feliz domingo, tocando en vivo la canción “Eso no está bien”, que hoy puede verse en youtube (ver acá).
Rigidez Cadavérica participa del disco con sus canciones “Mundo de hoy” y “Tropas de la noche”; Conmoción Cerebral con “América” y “En libertad condicional”; y Los Baraja con varios temas, como “Juntando tropas”, “Operación ser humano”, “Estamos juntos”, “Punks” y “Dueños del mundo de hoy”.
Flema, que entonces no cuenta con la formación que va a ser conocida apenas unos años después, se integra al compilado con sus emblemáticas “Cáncer” y “Buscando un lugar”.
Como muchos jóvenes de entonces están realmente buscando un lugar: en el amplio movimiento del rock nacional; en la especificidad del punk argentino; en un mundo que se precipita aceleradamente sobre la mierda global del capitalismo trinfante.
Más allá de las especulaciones comerciales y las rivalidades entre bandas, hoy Invasión 88 es símbolo de una época de transición, en la cual la juventud encontró en el punk rock un modo de denunciar un mundo inhóspito, que al igual que hoy vale la pena ser denunciado, y por qué, transformado.