Por Tomas Astelarra
El Rey Ubú
El diputado que dizque ahora es Vice Regente se cree el dueño del pueblo. Desde su gran mansión ve la gente en cámaras de seguridad con cañones coloniales que apuntan al monte. A veces baja en helicóptero y da grandes conferencias con promesas y bellas realidades. Las historias acerca de él son truculentas. Incluyen un chico del pueblo que se suicidó cansado de que él lo sodomizara o un bombero asesinando tras descubrir, mientras intentaba apagar un incendio, cantidades inusitadas de cocaína en un galpón del susodicho. No es de extrañar. El diputado ha sabido escalar en la estructura del gobierno territorial, una mafia que incluye turbios negocios inmobiliarios, fraude en la construcción de carreteras con implicancias internacionales e incluso narcotráfico (y otras calamidades inimaginables de la hidra capitalista). El ahora Vice Regente fue el hazmerreir del pueblo cuando intento excusar a un comisario al que se le encontraron kilos de droga diciendo que la papuza era para los perros. Tuvo que salir el entrenador de perros a aclarar que no se usaba cocaína para tal fin. “Es el gran operador de la política en el territorio. Es un genio. Del Mal”, confesó un funcionario que lo conoce.
Ahora el diputado esta en guerra con lo jipi. No paran de causarle problemas. Frenan los loteos con los que se enriquece a través de fidecomisos y testaferros, cuestionan las obras del dizque progreso (asfalto, gas, desmonte) con los que dice favorecer a la población pero que son solo para beneficio de sus negocios y los de sus amigues. Encima saben de leyes, se organizan, tienen contacto con abogados y periodistas de la ciudad, el último gran incendio se juntaron tuditos para ayudar a los bomberos y denunciar la falta de recursos del gobierno y la seguidilla de fuegos intencionados que huelen a más negocios turbios que a un paisa queriendo renovar su pasto pa' la siembra. Es una vieja estrategia del capitalismo: sobre monte arrasado no hay naturaleza que defender. Lo jipi son ecoterroristas. Vienen de afuera para escupirle el guiso. Como el comunismo en el siglo pasado.
Solo que el diputado es sutil. Alega que estos foráneos quieren impedir el progreso que el trae pa' la gente sencilla, ignora sus organizaciones y su constante ayuda a la población, hasta los acusa de haber fomentado el incendio. Es hábil, es inteligente, juega con el choque de culturas. La de gentes exiliadas, hastiadas del capitalismo, las ciudades, el falso progreso, las mentiras del positivismo científico y la angustia de no llegar nunca a la felicidad a través de los bienes materiales en una sociedad cada vez más confeccionada para una minoría de la población en la que ni siquiera entra el diputado o Vice Regente. Él también es un esclavo. Él también esta lejos de esa pequeña minoría que quizá se salve de este apocalipsis. O al menos eso creen.
Pero cuando se ha vivido en los beneficios del sistema capitalista se carga con todos los males de los privilegiados, entre ellos la soberbia. Y la falta de experiencia en el territorio, en las austeridades de la vida del llano, del monte, donde el romanticismo de las arduas tareas y la falta de recursos no dura mucho, y la milenaria estigmatización y saqueo, la violencia, de los poderosos, genera un cansancio proclive a las migajas, las mentiras, el miedo y la desesperanza, la entrega vana de un sistema de comodidad que es evidente no alcanza para todes. Muchos menos para elles.
El diputado es hábil, sabe jugar con las miserias humanas, se muestra como un hombre de pueblo honesto y trabajador, vecino generoso, igual que el paisa narcoparamilitar aquel que fue presidente de Colombia y provocó uno de los mayores genocidios en la historia contemporánea de los pueblos campesinos, indígenas y afros, de la naturaleza misma. Al día de hoy lo siguen votando.
Y entonces ronda la pregunta en el pueblo. Al menos entre aquellos de conciencia diversa, de vida, de progreso inclusivo, modesto, chiquito: ¿Cómo hacer? ¿Cómo generar los lazos, las redes, los espíritus que desentramen la densa madeja de las mentiras del poder? ¿Cómo alentar los encuentros, los aciertos, las reciprocidades y complementariedades? ¿Cómo sentirnos todes dueños de la tierra y el territorio? Cómo mirarnos a los ojos y tomar de una vez por toda el camino de ese otro mundo posible
Aclaración o Advertencia: Por si no se dieron cuenta pero estas charlas, relatos, columnas, son ficción. Ciencia Ficción Jipi
DIBUJO: Sebas Triglia.