Por M. Emilia Francia
Molly es una guerrillera excéntrica. Atrincherada en las ruinas de un
mundo distópico y decadente ella lucha al borde de la ausencia de todo.
Fragmentándose en diversas tareas que la sostienen. Es mecánica de robots,
repartidora, recolectora, botánica, comunicadora, nómade, guerrillera y
desertora. Molly discierne.
Sinopsis de la obra “Molly, Mecánica Singular”
El Viernes 5 de octubre a las 21 horas en Espacio Ramona (Perú 766), la Pequeña Compañía Parafernal estrena “Molly, Mecánica Singular”: un montaje de ciencia ficción teatral, teatro de objetos y robótica cordobesa. En esta entrevista, Telma y Agustina, integrantes de la obra, comentan algunos aspectos relevantes de la obra.
Esta puesta en escena combina teatro, cómic, robótica y ciencia ficción: múltiples insumos estéticos para proponer una guerrilla cultural ciberpunk. Frente a la proliferación de la tecnología que hace que casi todo sea posible, ¿cómo se logra ciencia ficción en un teatro de Barrio Güemes?
“Empezamos a unir cosas: lo retrofuturista. No vamos a lograr hacer lo que hace Hollywood. Entonces ¿a qué nos acercamos más? A algo retro, a un futuro retro, capaz hay algo ochentero en la obra. Y tiene sus cosas que la llevan a algo más interesante: el robot que está en escena, que funciona por sí mismo con un sistema arduino. Investigamos cómo hacer para que ese robot esté como está la actriz, como partenaire tiene que funcionar, responder en el tiempo que tiene que responder, moverse en el momento que se tiene que mover.”
Los productos tecnológicos tienen una presencia importante en esta obra. De manera consciente, la apropiación de la tecnología aporta a esta guerrilla cultural: hay una decisión de tomar las posibilidades que ofrecen los avances tecnológicos y apropiárselas para crear una propia ciencia ficción dentro del teatro independiente cordobés.
Las integrantes de la obra explican esta propuesta audaz que combina ciencia ficción y teatro.
“Lo que hay es la ciencia ficción, y dentro de esa ciencia ficción, nosotras nos vimos empatizadas con el ciberpunk, que es un subgénero que mezcla esta decadencia humana y la mega corporación de la tecnología: esas dos cosas se chocan y se manifiestan a través de Molly. En la cotinianeidad de Molly, desde lo pequeño que es su mundo se muestra una hipótesis sobre lo global de ese mundo distópico.”
Hay una propuesta estética que es también una posición frente a un estado de cosas.
“Pensamos lo de la ciencia ficción, lo del ciberpunk, esta conjunción de lo decadente y la súper corporación. En qué lugar nos posicionamos nosotras: yo me siento más del lado de lo decadente, seguramente.” De esta forma, Molly aparece como una guerrillera excéntrica, una pieza en contradicción con un mundo distópico. Es un personaje que habita una brecha y discierne con la lógica de las corporaciones del mundo que la rodea.
“A Molly se la ve como una guerrillera excéntrica. No vas a ir a ver que ella está todo el rato con un arma y está atrincherada. No, ella quiere tomar un vaso de agua, se cambia la ropa, habla con el robot, baila, pide música. Está en su cotidianeidad, y su cotidianeidad está en un contexto conflictivo y eso sí también se vivencia.”
Teatro y objetos
“El teatro de objetos viene de la idea de animar algo inanimado. En algún momento, junto a los títeres, alguien empezó a hacer lo mismo con objetos. Por ejemplo, una banana ¿qué puede hacer? Buscar qué posibilidades ofrece un objeto, darle vida y así empezó a haber teatro de objetos. En nuestra obra, todo lo que hay, nada está porque sí. Mucho de los objetos en Molly, incluso hablan. No hay nada que esté en la escenografía que esté siendo un mero objeto, sino que pasa a ser teatro.”
El compromiso creativo de la obra, explican sus integrantes, tiene que ver mucho con el disfrute: libertades de crear desde lo escenográfico, lo actoral y lo gráfico. Por eso los objetos en escena cobran otra relevancia.
“¿Cómo volver cada cosa una comunión presente en la obra? Por ejemplo, una proyección en una obra que es un lenguaje que está acompañando un relato es diferente de una proyección que es el paisaje que el personaje va atravesando: ahí se vuelve algo diferente de un soporte. Tratamos de que nada fuese puesto como utilería. Si no que cada cosa es lenguaje en sí dentro de la obra. ”
Una propuesta de creación colectiva, un proceso creativo horizontal y múltiples herramientas e insumos estéticos se conjugan en esta obra del teatro independiente cordobés que dispara preguntas a un mundo decadente. Molly, Mecánica Singular se presentará todos los viernes de octubre en Espacio Ramona: Perú 766. La entrada es a la gorra y se puede consultar más información en la página de Facebook: https://www.facebook.com/mecanicasingular/