Por Mariano Pacheco. La luna con gatillo/Resumen Latinoamericano.
Los dos micros llenos de personas provenientes de Córdoba, Buenos Aires, San Luis, La Patagonia y otros sitios del país y del mundo se estacionan frente al Colegio Agro-técnico San Benito, en Santos Lugares, provincia de Santiago del Estero. Es sábado 18 de agosto y los pasajeros -medio dormidos aun- comentan entre otras cosas que ningún teléfono tiene señal. El establecimiento al que se arriba, de hecho, es uno de los pocos lugares de la zona que cuenta con luz eléctrica.
En el frente, al lado de la tranquera de ingreso, un pasacalles oficia de cartel de recibimiento: “BIENVENIDA Dra Aleida Guevara March”. En cada costado del pasacalle hay una imagen: una con el símbolo del MOCASE (Movimiento Campesino de Santiago del Estero) y otra con la del rostro del Che.
La 5° Brigada Internacionalista Médico-Cultural Dr Ernesto Che Guevara está compuesta por unas 130 personas que se disponen a participar activamente, por dos días, de las tareas diversas dispuestas para ser desarrolladas en el lugar, inscriptas en el legado del trabajo voluntario propugnado hace décadas por el Comandante Nuestraamericano.
El sacerdote de la zona, muy comprometido con las luchas campesinas, y la directora del colegio donde permanecen de lunes a viernes 160 niños y niñas, dicen unas palabras de bienvenida, a las que se suman las de Lucía -directora de la cordobesa clínica Dr Ernesto Che Guevara-, quien destaca la presencia de la médica Aleida Guevara (hija del Che) y la importancia de promover el buen vivir en comunidad. Luego habla Adalberto (“Ady”), hoy médico, quien cuenta que él cursó sus estudios primarios en ese colegio de Santos Lugares y luego la carrera de medicina, becado en Cuba (en diálogo con este cronista, luego, Adalberto remarcará que él, como campesino del monte santiagueño, es médico gracias a Cuba, porque sino jamás podría haber cursado estudios universitarios). Guido, referente del MOCASE, trasmite el orgullo, personal y colectivo, que sienten de que se haya elegido ese lugar para llevar adelante las tareas de la brigada, ese “sueño de trabajo en unidad de la patria grande Latinoamericana que tenía el Che”.
“Somos de esta terra, somos compañeros...”. Para finalizar la ronda de bienvenida, entre canciones y palmas que aplauden dando un ritmo particular a la oratoria, integrantes del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil, el MST, arengan contra el imperialismo y convidan su “grito de orden” a los presentes para que se sumen con sus voces: “Brasil/ Cuba, América Central/ la lucha es socialista/ e internacional”.
Antes del almuerzo en el comedor del predio se organizan los grupos para asistir al Hospital de Santos Lugares y la Casa Santo Padre, ubicados a unas cuadras de allí, pero también a Pozo Limpio, a Manga y Taco Pozo, pequeños parajes situados a varios kilómetros Santos lugares.
En los equipos hay oftalmólogos y facilitadores educativos de las misiones cubanas en Argentina “Operación milagro” y “Yo sí puedo” (ver en nota que publicaremos mañana), pero también médicas y médicos generalistas, pediatras, ginecólogas y de odontología, neurología y cardiología. Un grupo de jóvenes se prepara, asimismo, para desarrollar actividades recreativas, físicas y culturales con las niñas y niños que asistan a atenderse o estén con sus familiares en las salas de espera.
Anteojos en la cabeza a modo de vincha, soplido al pelo para despejar un poco el calor sofocante de la siesta santiagueña, Aleida se pasea en zapatillas, pantalón negro y camisola colorida por la sala de espera del Hospital de Santos lugares. Siempre con una sonrisa en el rostro conversa con los pobladores, que aguardan con ansiedad entrar a los consultorios. Nadie lo sabe allí , y ella tampoco tiene interés en decirlo, pero están hablando con la hija del Che Guevara y la sobrina de Fidel Castro.
Selvia Guzmán es agente sanitaria y es quien este sábado ordena las listas e intenta coordinar los ingresos a los consultorios, donde aguardan algunos profesionales de la salud de la provincia más quienes han llegado con la brigada. Selvia dice, en primer lugar, que es inmenso el agradecimiento que sienten por la visita. Y luego cuenta que allí hay una odontóloga, pero que trabaja dos veces al mes y muchas veces no alcanza a atender la demanda de los pobladores del lugar. También que hay dos médicos clínicos, que se turnan para atender, pero que no siempre llega a cubrirse toda la semana. El hospital cuenta con una ambulancia, pero no siempre está en condiciones o a disposición para los traslados, que deben hacerse a la capital santiagueña.
Afuera del Hospital un grupo de jóvenes organiza actividades recreativas con las niñas y niños del lugar, mientras otra tanda de infantes contesta preguntas y observa a dos odontólogas cordobesas que explican en la sala de espera, entre juegos, algunas cuestiones referidas a la salud bucal.
Camila Giraudo y Julieta Ziem son egresadas de la Facultad de Odontología de la UNC. En conversación con este medio comentan que, si bien en un primer momento se vieron desbordadas (en la radio local anunciaron que irían a realizar consultas, cuando en la planificación habían pensado en realizar tareas de prevención y promoción de la salud bucal), luego pudieron encauzar el trabajo previsto, poniendo eje en la percepción de la salud que se tiene y cuales la afectan o destruyen; también jugaron con los niños y mostraron cómo cepillarse los dientes de un modo eficaz.
Daniela Bobbio, quien forma parte de la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos de Córdoba, integra el Área de Recreación del la Brigada. Ella llevó a Santiago del Estero una “Biblioteca móvil” de literatura infanto-juvenil, para sumar a las actividades del día sábado en los lugares de atención, y el domingo a los festejos del Día del niñx que organizó la comuna. “Me sorprendió que les niñes no sólo quisieran escuchar cuentos sino también leerlos, solos o en voz alta para los demás”, cuenta Daniela, quien agrega que a partir de esa situación se le propuso al MOCASE hacer una biblioteca itinerante que quede en Santos lugares.
En los festejos del Día del niñx, a la que asistieron unos 200 peques de Santos lugares y localidades aledañas, también se proyectaron cortos animados de Paco Bernal (artista español con síndrome de dawn que realizó las producciones audiovisuales con motivo de los 5 prisioneros cubanos en Estados Unidos), proyección que contó con la presencia de su hermana. La actividad, programada por el gobierno local, contó con la participación activa de las y los brigadistas, quienes organizaron juegos para sumar en los momentos previos y posteriores a la merienda y los sorteos de premios.
Por otra parte, se llevó adelante lo que fue la primera asamblea de mujeres del lugar.
Mara Parello es docente de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba. Junto con otras integrantes de esa casa de estudios y estudiantes de la Facultad de Psicología formaron parte de la brigada, con la intención de aportar desde una pesquisa de Chagas (que finalmente, por limitaciones técnicas, no pudo realizarse, pero que se programópara una futura visita), una problemática fuerte de la zona, y también una mirada de género en las temáticas de salud. “Fue muy hermoso. Hubo mucha presencia de mujeres de la zona, y también, de brigadistas, así que pudimos hacer una charla con un enfoque multidisciplinar en salud, pero por sobre todo, pudimos empezar a abordar las cuestiones referidas al género y el rol de la mujer, y escuchar, sobre todo escuchar. Aleida Guevara, que fue parte de la actividad, brindó una perspectiva sobre la situación de las mujeres Latinoamericanas”, relata Mara a este cronista. Y agrega que uno de los saldos positivos de la actividad fue la propuesta, realizada por las mujeres del lugar, de comenzar a reunirse y planificar actividades propias de las mujeres de Santos lugares y alrededores.
Brasileños con remeras rojas del MST; cubanxs con gorros verdes o remeras del Che; argentinos y argentinas del norte, el centro y el sur del país, provenientes de diversas experiencias y múltiples oficios, profesiones y recorridos existenciales llevaron adelante una suerte de micro-revolución en dos días que dieron que hablar entre los pobladores de la zona.
Las chaquetas amarillas con la inscripción del “Yo sí puedo” se destacaron en medio del resto de remeras, camisas y camisetas: con su método que supo popularizarse en el continente y el mundo entero por su capacidad de combinar facilidad y eficacia, los asesores cubanos van hablando por todos lados junto a las facilitadoras y facilitadores de Argentina, relevando población iletrada a la que poder alfabetizar, reclutando voluntades que puedan oficiar de facilitadores locales, como Gisela Miranda*, la joven que desde hace 4 años estudia para maestra en una población situada a varios kilómetros de Santos lugares, y que se comprometió a desarrollar la tarea los sábados y domingos, cuando regresa a la casa de su madre junto a su hijo, quien la acompaña en la travesía de sortear todas las dificultades para poder llegar a ser maestra.
Con ejemplos como el de Gisela, o como el de Guido del MOCASE, las campesinas y campesinos de Santos lugares y alrededores vienen dando batalla desde hace años a una adversidad que se agrava con cada dificultad que se presenta y encuentra la indiferencia de quienes gobiernan. O peor aún: cuando gobierno, justicia y policía se posicionan en su contra en favor del empresariado que actúa con feroz predisposición a la rapiña, tal como muestra María Elena Orellana en su documental “Pozo del Castaño”, proyectado en la noche del sábado 19 de agosto, luego de que las y los brigadistas compartieran su cena.
Seguramente también, con ejemplos como los promovidos desde Cuba con sus misiones y brigadas internacionalistas de solidaridad, quienes transitan esas experiencias encuentren más fuerzas para poner hombro con hombre y seguir luchando, con tu ejemplo Guevara, por la patria liberada.
Fotos: Ana Peirone
*Todos los testimonios completos podrán ser escuchados este jueves 23 de agosto en La luna con gatillo, de 19 a 21 horas por Radio Eterogenia (www.eterogenia.com.ar).