David Viñas habla desde su exilio mexicano*
Los desafíos de escribir, las sanciones del poder y el exilio; las opciones estético-políticas; el problema del indio y la inmigración en Argentina; la puesta en escena de los ninguneados por la historia oficial; el deseo del retorno del exilio: cómo, y bajo qué condiciones.
EXILIO Y LITERATURA
¿Qué relación puede establecerse entre literatura y exilio?
¿En qué medida resolverse a escribir es optar por el exilio? ¿En qué medida la escritura rigurosa prefigura determinado tipo de exilio? Que puede ser, naturalmente en el exterior, cuando la sanción correlativa a cierto tipo de escritura rigurosa se produce a través del poder, del establishment, etc., o la otra vertiente en el interior, como el caso de Ricardo Piglia, que elabora ese parentesco entre escritura y exilio, no necesariamente con el componente geográfico sino desde dentro. Repasando con cierta memoria diversos libros de la literatura Latinoamericana vamos a encontrar que el exilio está connotando permanentemente ya sea el exterior o el interior. Pienso, en que medida los Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana, de Mariátegui están escritos en el exilio aún cuando el viviera en Lima. Evidentemente que esto se prefigura. Incluso pienso, ¿en qué medida, desde que nos predispusimos a escribir, estábamos pensando en un cierto nivel de conciencia, más o menos inconciente, en la posibilidad de que esa sanción desde el poder nos llevara al exilio? Siempre teniendo en cuenta que nos exigíamos cierto tipo de rigor. Sintetizando, una literatura, una escritura que se pretende rigurosa, prefigura en su revés de trama, en su misma composición, en su misma producción, el hecho del exilio. En los Estados Unidos, para abrir un poco el juego, ya no en Argentina ni en América Latina, diría que lo más significativo de la literatura norteamericana fue producida en el exilio, en algunos casos más notorios como puede ser todo el exilio de la generación de los '20: desde Stein hasta Hemingway pasando por Thomas Wolfe.
EL EJÉRCITO Y EL AUTORITARISMO
¿Cuáles son las opciones estéticas adoptadas en las novelas en las que se abordan las “constantes con variaciones” de la violencia oligárquica en Argentina?
Tanto en Hombres de a caballo como en Los dueños de la tierra aparece un elemento constante (parecería ser premonitorio), un tema reiterado, una cierta obsesión, que es el tema del ejército y de los militares. Lógicamente, cada vez más distanciado de lo estrictamente referencial, de lo documentalista, etc. Una tarea que va desde el año '59 hasta el '79, cuyo eje parecería ser el cuestionamiento de algo que me preocupa por toda una serie de razones, que parte de lo testimonial (casi transparente), en Los dueños de la tierra, pasando por Hombres de a caballo, hasta llegar a Cuerpo a cuerpo, donde aquél elemento que se refería explícitamente al poder militar, a la represión militar, al autoritarismo, se va abstrayendo. Es decir que aquel teniente coronel de la Patagonia (dentro del texto en 1920-1921) paulatinamente va incorporando sobre sí toda una serie de connotaciones que presuponen al padre y que deseablemente concluyen en Jehová. Esto es el cuestionamiento del poder, te diría enfáticamente quizá, alzando un poco las cejas, una tarea de rescatar del poder, correlativamente de Jehová, toda una serie de cosas que siento que nos habían expropiado, que me habían expropiado, desde el lenguaje, desde cierta desenvoltura crítica, desde el miedo. Desde Los dueños de la tierra hasta Cuerpo a cuerpo, parte del proyecto era ir teniendo menos inhibiciones a la hora de enfrentarse a la imagen del poder, quizá la forma de desinhibirme frente a esa escritura crítica cuestionadora, frente al emblema del poder, haya sido correlativamente que ese emblema sea cada vez más una abstracción.
EL PODER: TAN LEJOS Y TAN CERCA
¿Qué hay en torno a la proximidad y la distancia en relación al poder que se cuestiona en esas novelas?
Tanto en Los Dueños de la tierra como en Hombres de a caballo, escritas y publicadas en Argentina, aparece más nítidamente el poder y el autoritarismo corporizados en militares. En el exterior, en el exilio out por así decirlo, de alguna manera esas figuras autoritarias (donde están depositados el autoritarismo, el eje del establishment, el poder, etc.) se hacen más abstractas en el sentido de que van convirtiéndose en una especie de gran metáfora, van retomando lo fundamental, lo esencial y quizá prescindiendo de muchos elementos referenciales muy explícitos, casi folclóricos. Pero además en el exilio out contrapuesto al exilio in, aparece el cuestionamiento crítico (en mi escritura por lo menos) del autoritarismo que tengo yo adentro, dicho bruscamente, del fascista que tengo adentro.
EL ESCRITOR COMO TRAIDOR A LA PROPIA CLASE
¿Y qué podría pensarse en relación a la posición del escritor y las realidades de aquellos de quienes se escribe, los humillados y ofendidos por el sistema, en este caso?
En tanto productores de literatura hemos tenido el privilegio (con todos los matices y retaseos del caso) del monopolio de la palabra. En función consiguiente a una determinada tarea, que puede ser desde Los dueños de la tierra pasando por Hombres de a caballo hasta Cuerpo a cuerpo -para seguir con esos ejemplos- de pronto aparece el problema de los indios en Argentina, un elemento casi mitológico casi tapado, borrado, excluido -como se dice en México- sistemáticamente ninguneado. Por eso la próxima tarea concreta es Indios, Ejército y frontera. Esto significa el reconocimiento de todo un sector de la Argentina (desde el privilegio que tengo de palabra con el cual sigo funcionando en tanto escritor) que puede prolongarse, como todos sabemos, hasta el farwest, para no abundar. En el caso mexicano hay un ejemplo notorio que se llama precisamente La voz de los vencidos, es decir, se intenta recuperar y reconocer la voz de todo ese sector de la sociedad que prácticamente no podía hablar o bien que su palabra, su voz, era considerada una enfermedad.
Intentamos, como resultado del impacto del autoritarismo y del exilio, escribir una historia de la inmigración que no sea la versión del poder, esto es, prescindir de todo lo acaramelado, lo entalcado, lo azucarado, que se dio que se dio tradicionalmente en el discurso del poder. La inmigración en la Argentina estuvo impregnada de hechos muy contradictorios. La versión del discurso del poder fue frontal, una especie de pose, una fachada, donde todo lo contradictorio se eludía. Creo que todas esas recuperaciones, todos esos elementos que habían sido ninguneados se están poniendo en escena.
Quizá también esto lo uniría, de una forma u otra, con e pasaje de una literatura explícitamente crítica a una literatura cada vez más elaborada en su criticismo. Elaborada en el sentido de que va buscando determinadas cosas esenciales entre las cuales está, precisamente, toda esa versión de lo inmigratorio, de nuestros abuelos que llegan a la Argentina y de los elementos contrapuestos a estos de una forma u otra, ya sea la elite tradicional de la republica positivista, de la republica conservadora del general Roca (homólogo al general mexicano Porfirio Díaz) de la indiada, de los gauchos, pero dando una versión mucho más dramatizada, no una versión ad usum. Esto me parece que puede ser un resultado muy fecundo.
LA TIERRA, LA POLÍTICA, EL FUTURO
¿Volver a la Argentina? ¿De qué modo dejar el exilio? ¿Cómo se lo imagina?
En la Argentina la tierra no es de todos, es decir, esto me lleva a una formulación estrictamente política y muy en primera persona: para volver a la Argentina tendría que volver posteriormente a la reforma agraria, esto es, cuando la tierra concretamente, como cuerpo geográfico de una comunidad sea deseable, eventualmente, por todos. Esto como primer paso. Y como estamos también hablando de los silencios, de los ninguneos impuestos por el discurso oficial, los inmigrantes que fueron ninguneados, tergiversados, entalcados y angelizados (versión que no me convence) y los indios, que también fueron sistemáticamente ninguneados. En Argentina tenemos que hablar en una proporción muy concreta: 20.000 hombres estrictamente eliminados sobre una población de apenas 2 millones de habitantes, es decir, que fue un golpe de silenciación genocida especialmente considerable. Y como eso y correlativo a la posesión de la tierra y a la posible y deseable reforma agraria, también deseable e ineludible, en primera persona, que esa gente que ha sido ninguneada, estos indios, estos bárbaros, subversivos, que en Argentina fueron sistemáticamente ninguneados, en este caso estoy hablando de mis hijos, quiero que reaparezcan. Quiero que haya reforma agraria en Argentina, quiero que mis hijos reaparezcan para poder volver a practicar una escritura crítica, sino, no puedo.
*Transcripción de una entrevista que David Viñas mantuvo para la televisión mexicana junto al escritor argentino Mempo Giardinelli, durante su exilio. Selección de Mariano Pacheco de partes del video en cuatro partes que puede encontrarse en youtube bajo el título “David Viñas: una entrevista”.